Las imágenes son señales que mantienen una relación de semejanza con sus significado; son análogas al objeto que sustituyen o disfrantan de alguna de las propiedades, por ejemplo: las señales de tránsito que aparecen en las carreteras para indicar a los automovilistas que curvas, o que están por pasar por zonas de derrumbes o arqueológicas.
En ocasiones, la semejanza entre la señal y el objeto es tan manifiesta que la interpretación de la imagen es prácticamente universal, por ejemplo, los logotipos de los deportes olímpicos. Otras veces, la analogía entre la imagen y su significado es bastante remota; por ejemplo, una pipa para indicar sanitarios para hombres o la balanza que evoca la justicia.En estos casos, la convención cultural roza lo arbitrario y la correcta interpretación de estas señales se logra a través de complicadas asociaciones conceptuales.
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